EL DESANIMO

27.09.2025

EL DESANIMO

Por: Charles Stanley

Nehemías 1.1-11

El desánimo puede sentirse como un gran peso sobre nuestros hombros. Pone freno a nuestros pasos, hace más difícil el trabajo, y reduce nuestro gozo.

Las presiones económicas, las enfermedades y los conflictos, pueden tener un alto costo emocional.

La vida de Nehemías nos enseña una lección importante en cuanto al manejo del desánimo. Él era un hebreo que vivía en Persia, y que servía como copero del rey. Cuando recibió noticias en cuanto al mal estado de Jerusalén y de la difícil situación del remanente judío que vivía allí se sintió profundamente afligido. En su tristeza por la situación, Nehemías acudió al Señor en oración. Sabía que solamente su gran Dios era capaz de cambiar la situación.

De la misma manera, cuando nosotros nos sintamos desanimados, nuestra primera prioridad debe ser clamar a nuestro Padre celestial.

 En su oración, Nehemías alabó el maravilloso carácter de Dios, confesó sus pecados y los pecados de los demás, recordó las promesas divinas, y presentó su petición. Sigamos el ejemplo de Nehemías, llevando nuestras tristezas al Señor en oración.


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