EL DESANIMO
Por: Charles Stanley
Nehemías
1.1-11
El desánimo puede sentirse como un gran peso
sobre nuestros hombros. Pone freno a nuestros pasos, hace más difícil el
trabajo, y reduce nuestro gozo.
Las presiones económicas, las enfermedades y
los conflictos, pueden tener un alto costo emocional.
La vida de Nehemías nos enseña una lección
importante en cuanto al manejo del desánimo. Él era un hebreo que vivía en
Persia, y que servía como copero del rey. Cuando recibió noticias en cuanto al
mal estado de Jerusalén y de la difícil situación del remanente judío que vivía
allí se sintió profundamente afligido. En su tristeza por la situación,
Nehemías acudió al Señor en oración. Sabía que solamente su gran Dios era capaz
de cambiar la situación.
De la misma manera, cuando nosotros
nos sintamos desanimados, nuestra primera prioridad debe ser clamar a nuestro
Padre celestial.
En su
oración, Nehemías alabó el maravilloso carácter de Dios, confesó sus pecados y
los pecados de los demás, recordó las promesas divinas, y presentó su petición.
Sigamos el ejemplo de Nehemías, llevando nuestras tristezas al Señor en
oración.
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