NUESTRO TIEMPO DE ORACION

11.10.2025

NUESTRO TIEMPO DE ORACION

Por Ministerio de oración

La oración es un privilegio personal que Dios nos da, es un recurso poderoso en nuestra vida, es el aliento del alma. Es el secreto del poder espiritual. No puede ser sustituida por ningún otro medio. Descuidar el ejercicio de la oración es perder la relación con Dios.

La oración no es para un "de vez en cuando". No es que la hago hoy, la dejo por algunos días y después la tomo. La Biblia no da lugar para un tipo de oración temporal, sino que nos exhorta a: "Orad sin cesar". Muchos creyentes el asunto que más descuidan es la oración. Dios quiere tener todos los días comunicación con nosotros, pero en pocas ocasiones se ha quedado esperándonos. Debemos orar en todo tiempo porque el Señor nos espera todo el tiempo. La oración no tiene vacaciones. Mas bien debemos crecer en la oración. Nuestro Señor Jesucristo oró en todo tiempo.

Normalmente consideramos que lo más urgente es lo más importante. Muchas cosas toman un espacio prioritario en nuestras vidas y muchas veces nuestras ocupaciones nos dejan con un escaso tiempo para la oración. Pero recordemos que Dios merece las mejores horas y nuestro tiempo de oración debería ser nuestra actividad más importante del día. Como dice el dicho: "Mucha oración – mucho poder; poca oración – poco poder." ¿Cuál tiene usted?

La oración es la ocupación más importante y para dedicarnos a ella debe haber calma, tiempo y propósito; de otra manera se degrada hasta hacerse pequeña. La escasa dedicación a la oración y la prisa producen un alejamiento entre Dios y nuestra alma. Se necesita tiempo para que Dios impregne nuestro espíritu. La verdadera oración obtiene los más grandes resultados. La oración extensa obra poderosamente en nuestras vidas. Jesucristo dice ¿y Dios no hará justicia a sus escogidos, que claman a él día y noche?

Los grandes hombres de la Biblia fueron hombres de oración.

Daniel, estando en Babilonia, abría las ventanas de su habitación hacia Jerusalén, se arrodillaba y oraba tres veces al día con acción de gracias (Daniel 6.10). ¡Los leones se rehusaron tocarlo!

David oraba tres veces diarias —a la noche, en la mañana y al mediodía (Salmos 55.17; 5.3). David alababa a Dios siete veces al día (Salmo 119.164). El, literalmente, "oraba a través de todo el día". Nehemías oraba sin cesar a favor de Jerusalén.

Jesús oraba temprano en la mañana (Marcos 1.35); oró toda la noche antes de seleccionar a los doce apóstoles (Lucas 10.12—16); oró también en medio de ellos (Lucas 11.1).

El Ministerio de Pablo consistió de oraciones y de lágrimas. La casa en la que se reunía la iglesia se estremeció en oración (Hechos 4.31). Pablo mandó que se orara en todo lugar (1 Timoteo 2.8). El grupo de Pablo oraba de día y de noche (1 Tesalonicenses 3.10). El poder de Pablo estaba en la oración. "Orad sin cesar". Pablo practicaba lo que predicaba. Sus oraciones dominaban su relación con Dios.

Eclesiastés 8:3 nos dice: "No te apresures a irte de su presencia", no descuidemos lo principal que es El encuentro con el Dios viviente, no permitamos que nuestra vida llegue a ser una rutina vacía. Para tener oraciones victoriosas, debemos reservar diariamente un tiempo para estar ante la presencia del Señor.