...El
padre del muchacho, clamando con lágrimas, dijo: "SEÑOR, creo, ayuda a mi
incredulidad" Marcos 9:24.
Esto nos
demuestra también que nuestra Fe es débil si no se apoya en el socorro y ayuda
de Dios. La Fe, acompañada de las lágrimas, alcanza lo que desea. Nadie llega
de repente a la perfección y todos por lo mismo debemos empezar en el camino de
la Fe por lo pequeño para llegar a lo grande. Y este hombre que empezaba a
creer rogaba al Salvador le concediera lo que faltaba a su fe: "SEÑOR,
creo, ayuda a mi incredulidad" La Fe no es algo que podamos obtener sin
ayuda. La Fe es un don de Dios Efe. 2:8-9. Siendo la Fe un don, nosotros podemos
orar pidiéndola tal como lo hizo este padre. La Fe es una obra sobrenatural del
SEÑOR en nuestro interior, porque Él mismo es la Fe, Él es la Palabra Viva, y
la Fe viene del oír, y el oír, por la Palabra de Cristo. Rom.10:17 La Fe crece
por secreta inspiración de la gracia por los grados de sus méritos, puede pasar
que el que aún no cree llegue en un solo momento de ser incrédulo a ser
creyente.
Si tú no
puedes creer, es posible que tu duro corazón sea ablandado, curadas tus
enfermedades espirituales, podrás resistir hasta el fin. Los que se quejan de
incredulidad, deben mirar a Cristo pidiendo gracia que les ayude contra eso, Su
gracia será suficiente. Si escoges Sus palabras, y tienes dudas de esto, y de
lo otro, ¿cómo puedes esperar tener aceptación ante el trono? Si eres
desobediente a cualquiera de Sus palabras, ¿no será esto la causa de tus
fracasos en la Oración? Pero si permaneces en Cristo, y te aferras con firmeza
a Sus palabras, y eres plenamente Su discípulo, entonces ÉL te escuchará.
Cuando
tengas un asunto que requiera ORACIÓN definida, ora hasta que creas a Dios, ora
hasta que con sinceridad en tus labios le des las gracias por la respuesta. Si
la contestación tarda exteriormente, no ores de tal manera que se vea que es
evidente que no crees en ello. Tal Oración, en vez de una ayuda será un
obstáculo y cuando termines de orar te encontrarás con que tu Fe se ha perdido
o debilitado. La urgencia que sientes en ofrecer esta clase de oración,
procede, bien de tu "Yo" o de Satanás.
Puede ser
que el mencionar dicho asunto varias veces en tus oraciones no sea equivocado,
si el SEÑOR quiere que ESPERES, pero al hacer esto debes estar seguro de que lo
haces con FE. No ores sin FE. Puedes decir a Dios que estás esperando y que aún
le crees y que por lo tanto le alabas por la respuesta. No hay nada que afirme
tanto la FE, como el estar tan seguro de la respuesta que puedes darle gracias
a Dios por ella. Las oraciones que hacemos sin FE, niegan la promesa de Dios en
Su Palabra. Tales oraciones son la expresión de la inquietud del corazón, e
inquietud implica incredulidad con referencia a la respuesta en la oración.
"Porque los que hemos creído entramos en reposo." Hebreos 4: 3.
Frecuentemente, la oración que hacemos sin FÉ, proviene de fijar nuestros
pensamientos en la dificultad más bien que en la promesa de Dios.
Abraham
no se debilitó en la Fe al considerar su cuerpo, que estaba ya como muerto
siendo de casi cien años...él no dudó en la promesa de Dios. Rom. 4:19-20 Si no
permaneces en Cristo, ¿cómo puedes esperar orar exitosamente? Velemos y oremos
para que no caigamos en la tentación de orar sin FE: SEÑOR, creo, ayuda a mi
incredulidad, -C. H. P.