El PODER DE LA ORACIÓN
Por: Lucy Martinez Cadavid
No existe en este mundo un poder más
grande que reemplace el poder de la oración, ni el dinero, ni la fama, ni los
talentos o capacidades para controlar situaciones o personas. La Oración repercute en todo,
sin importar las distancias, culturas, edades, sexos, géneros y posiciones
económicas.
Salmo
92:12-15 Versión DHH. Los buenos florecen como las palmas y crecen como los
cedros del Líbano. Están plantados en el templo del Señor, florecen en los
atrios de nuestro Dios. Aún en su vejez, darán fruto, siempre estarán fuertes y
lozanos y anunciarán que el Señor, mi protector, es recto y no hay en el
injusticia.
Este pasaje Bíblico por mucho tiempo me
ha servido de inspiración para orar, porque quiero ser, como la palmera,
plantada de raíz en la presencia del Señor. Las palmeras son plantas
excepcionales, además de ser muy útiles y decorativas, son muy fuertes. He
visto como los huracanes, tormentas o tsunamis derriban hoteles lujosos y
casas, pero lo que me llama la atención es que las Palmeras quedan en pie. Y
así seremos nosotros si adquirimos la disciplina de orar. Las tormentas de las
dificultades, los tsunamis de los problemas y las aflicciones, los huracanes de
la persecución, de la incomprensión y la soledad no nos derribarán,
permaneceremos erguidos y fuertes como las palmeras, como los cedros en la
presencia del Señor. La oración tiene un poder transformador, para cambiar la
adversidad.
He escuchado un cántico sobre el poder de
la oración y dice: "Una oración te puede salvar, una oración te puede liberar,
una oración te puede sanar, tan solo una oración..... tan solo una oración.......tan
solo una oración". ¡Que linda canción!, me hace reflexionar que no se trata de
tiempo de oración, sino de calidad de oración, Una oración de poder y de fe
puede cambiar las cosas en un minuto o
en unos cuantos segundos.